Seamos sinceros, ¿qué empresa cuenta con un desglose exacto de sus gastos relacionados con la infraestructura IT? Y, precisamente esta información sería interesante a la hora de comparar los costes de una solución on premises y en la nube. En cuanto a los costes, hay que distinguir también entre los costes proporcionales de la infraestructura y los de uso. Además de los equipos y programas informáticos, los costes de IT incluyen también los de personal, energía y edificios. A menudo se ignora que, además de los modelos on premise y en la nube, existe también la posibilidad del alquiler on premises. Esta modalidad permite a las empresas la contratación de servicios, tanto hardware como software, en algunos casos, incluso sin tiempos de permanencia mínima, por lo que representa también una forma muy viable de enfocar los costes hacia un modelo opex.
Uno de los mayores atractivos de las soluciones cloud radica en su flexibilidad casi infinita: las empresas con un alto nivel de dinamismo pueden, por ejemplo, instalar nuevos puestos de trabajo de forma muy sencilla y rápida, o, por el contrario, eliminar aquellos que ya no sean necesarios. Si una empresa necesita más espacio de almacenamiento puede ajustar el servicio a sus nuevas necesidades de forma rápida y flexible. Es indiscutible que un sistema de comunicación on premises no puede ofrecer el mismo grado de escalabilidad y, por tanto, de flexibilidad. Sin embargo, esta misma flexibilidad de una solución en la nube es igualmente posible a través de una centralita IP en régimen de alquiler, pero ubicada en las instalaciones de la empresa. En ambos casos, lo realmente importante es que los servicios se basen en un modelo de precios sencillo y transparente que sea comprensible para el cliente en todo momento.
„Cloud” se asocia automáticamente a menudo con “la mejor solución del mercado”. Sin embargo, esto contrasta con el hecho de que muchas de las empresas que migran a la nube lo hacen únicamente desde un enfoque "lift and shift", es decir, que se limitan a migrar 1:1 a la nube las aplicaciones ya existentes en la empresa. (Fuente: “Studie Cloud Migration 2018”, p.35). Sólo el 35% de las empresas aprovechan realmente la coyuntura para modernizar las aplicaciones e introducir innovaciones. Consecuencia: la esperanza de que una migración a la nube implique automáticamente un mayor rendimiento TIC y la adopción de soluciones más innovadoras solo se cumple si además se aprovecha adecuadamente esta oportunidad de modernización. Si lo que se acomete es un mero “traslado” a la nube de las aplicaciones existentes, apenas cambiará su eficiencia.
Otra de las motivaciones más frecuentes es la siguiente: la infraestructura cloud debe ser lo más estable y robusta posible. Aquí se pone de manifiesto una de las paradojas de la nube: por un lado, se espera que la migración a la nube aporte más seguridad, por otro lado, las preocupaciones a nivel de seguridad representan el umbral de inhibición más frecuente para el cambio. Esta es también una de las razones por las cuales, a pesar del fuerte crecimiento experimentado en los últimos años por la nube pública en España, las soluciones de nube privada continúan siendo todavía muy populares entre las empresas.
El deseo de delegar la responsabilidad sobre el hardware es un argumento mencionado con frecuencia en relación a la externalización de servicios a la nube. Pero también aquí entra en juego la necesaria distinción entre los diferentes modelos de nube. Si, por ejemplo, en una nube privada, la nube informática se encuentra en los servidores de la empresa (on premises), la IT interna continúa siendo responsable de su funcionamiento. La situación es diferente si las aplicaciones se encuentran externalizadas en servidores de un proveedor de servicios externo y, por supuesto, también en el caso de una migración total a la nube. En este caso, las empresas suelen asumir que cuestiones como la seguridad de los datos, las copias de seguridad, el cumplimiento de la normativa, los backups o la disponibilidad de las aplicaciones son responsabilidad del proveedor cloud. Algo que no es del todo cierto -y, por tanto, otro mito- ya que las cuestiones de responsabilidad relacionadas con los servicios en la nube son extremadamente complejas y dependen en gran medida de la ubicación de los centros de datos del proveedor cloud.
Los puntos anteriores son solo un ejemplo de los numerosos pros y contras a tener en cuenta. El argumento de los costes, por ejemplo, es una de las cuestiones que no es posible responder con un simple cálculo de costes y beneficios. Las cuestiones referentes a la flexibilidad y alcance de los servicios son algo más sencillas: en ese caso, las modalidades cloud y alquiler ganan claramente puntos frente a la modalidad compra. Dicho esto, también existen, por supuesto, razones perfectamente comprensibles para querer explotar la infraestructura de la empresa de forma totalmente interna y mantener el control absoluto sobre la misma.
En una de nuestras próximas entradas os traemos una lista con el elenco de preguntas que toda empresa debería plantearse a la hora de decidirse por un modelo.